Francisco Antón Marín 'Pacorro' frente a Vicente Blau "El Tino"

En los años 50, Alicante vivió la mayor competencia taurina de su historia. Sus protagonistas no fueron luego grandes figuras, pero pueden presumir de haber llenado hasta el tejado su plaza de toros en numerosas ocasiones. Esta es la historia de El Tino y Pacorro, la rivalidad que dividió la ciudad en dos.

En los años 50, década del postmanoletismo, cuando Aparicio y Litri se disputaban las palmas en todas las plazas de España, y los espectadores se dividían entre la clase del madrileño y el tremendismo del onubense, la ciudad de Alicante se mantuvo al margen de dicha rivalidad. ¿El motivo? Que en La Terreta estaban El Tino y Pacorro, dos novilleros de una personalidad tan arrebatadora, que dividió a la ciudad en dos.

Imposible mantenerse al margen de aquella batalla, que traspasó la frontera de lo estrictamente taurino. Cuentan quienes lo vivieron que en algunos comercios se hizo famoso un rótulo: “prohibido hablar de El Tino y Pacorro”, tal era el enconamiento entre ambos bandos. La plaza se llenaba en cada mano a mano programado en el coso de la plaza de España, y, al día siguiente, en el Mercado Central, situado a unos pocos metros del coso taurino, el comentario siempre versaba sobre el festejo del día anterior. Y ahí comenzaban a surgir las discrepancias, incluso hasta subir la conversación de tono y acabar el asunto a garrotazos.

Cada día de festejo, los aficionados se arremolinaban en torno al coso, y muchos de ellos accedían al mismo después de haber empeñado enseres personales con lo que costearse el boleto. Los partidarios de El Tino se ubicaban al sol, en el tendido 8, y usaban todo tipo de artilugios para hacer frente al astro rey y mitigar el calor húmedo y sofocante del Mediterráneo. Y mientras, en el 6, los “pacorristas”, esperando a que su torero ganase la partida a su rival para festejar el triunfo y llenar el ruedo de serpentinas.

Dicen que el origen de la rivalidad nació en un festival celebrado en el año 53. Pacorro, que cortó las dos orejas a su novillo después de una gran actuación, fue increpado por los partidarios de El Tino, y, cuando el bueno de Paco pasó por debajo de ellos, les arrojó las orejas a modo de afrenta y rechazo. Aquel gesto desembocó en los debates, disputas y discusiones antes mencionadas, y no sólo, como hemos visto, en los tendidos de la plaza.

¿Cómo eran El Tino y Pacorro?

Pero ¿Cómo eran El Tino y Pacorro? En realidad ninguno tuvo una carrera brillante después, y como matadores, tampoco traspasaron la frontera regional. Vicente Blau “El Tino” era tres años mayor (1933). Oriundo del barrio de Santa Cruz, tomó la alternativa en 1957 en su ciudad natal, con Julio Aparicio como padrino de la ceremonia. Francisco Antón “Pacorro” (1936) era natural de otro barrio ilustre como el de San Blas, y recibió el doctorado en Murcia un año después, en el mes de abril del 57, de manos de El Choni.

El Tino era un torero valeroso, que llegó a confirmar en Madrid (1961) y en su tierra compartió cartel, entre otros, con Antoñete, Aparicio, Litri o César Girón, hasta su despedida en 1970, alternando nada menos que con El Cordobés y Palomo Linares. Después de una época en las filas de los subalternos, volvió a vestir el oro para en unos pocos festejos en los que ejerció de padrino de alternativa de su hijo Arturo Blau Espadas (1982).

Pacorro por su parte también ratificó su doctorado en Las Ventas, en 1957, sólo unos días después de haberlo recibido en La Condomina murciana. Se mantuvo en el escalafón durante diez temporadas, hasta el año 1967, cuando, después de torear en la plaza de su ciudad junto a El Cordobés y Paquirri, fue su gran rival, El Tino, quien salió al ruedo para cortarle la coleta. Y es que, a pesar de la competencia que ambos sostuvieron en el ruedo, tanto El Tino como Pacorro siempre se consideraron amigos.

Su historia, sin duda, fue pilar fundamental para que La Tauromaquia cobrara auge y arraigo en una ciudad que ejerció de semillero para que florecieran otros muchos toreros como Vicente Fernández El Caracol, los hermanos Esplá, el maestro Manzanares… y tantos y tantos otros. No habrá ningún alicantino, aficionado o no a los toros, que no recuerde con cariño y nostalgia aquellos años tan lejanos en el tiempo pero tan presentes en su memoria.

José María Dols Abellán (José María Manzanares padre) (1953 – 2014). Hijo de Pepe Manzanares. Novillero puntero en los albores de la década de los 70, formó pareja con José Luis Galloso, antes de tomar una alternativa de lujo en su Alicante natal, de manos de Luis Miguel Dominguín el 24 de junio de 1971. Paradigma del toreo clásico, elegante y ortodoxo, continuador de la línea del maestro Ordóñez. Torero de toreros, tiene en su haber tres Puertas Grandes en Las Ventas (1977, 1978 y 1993). Se retiró del toreo el 1 de mayo de 2006 en Sevilla. Sus propios compañeros lo sacaron en hombros por la Puerta del Príncipe.

José Miguel Arruego

Periodista taurino

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